lunes, 28 de junio de 2010

Ya no me quedan lágrimas; por eso me río


La frase que da título a este escrito se oye en boca de Farhad, una de las personas que protagonizan el documental Be like others (2008). La película, cuyo visionado me parece necesario, si no inexcusable, ofrece un acercamiento a la problemática de quienes en Irán, el único país donde ser homosexual es ilegal, pero ser transexual no, se plantean el cambio de sexo.

Uno se pregunta cuántos homosexuales iraníes se han visto forzados a escoger ese camino por no acabar en la horca o en un difícil exilio. Un camino que no es, obviamente, de rosas, dadas las condiciones en que ha de vivir una mujer en Irán.

Hacia el final de Be like others, Negar (antes Ali Askar), amiga de Farhad, asegura: “He matado todo el amor que había dentro de mí.” Es su reacción al rechazo familiar de su condición de transexual. Cuando se le pregunta por sus medios de vida, confiesa con algo de cinismo que su trabajo consiste en hacer, de vez en cuando, un “matrimonio temporal”.

Nada se sabe de la suerte de Nemat y de los otros chicos aparte de lo ya publicado aquí. Sin embargo, he pensado que invitar a los lectores de este blog a ver el documental puede ayudar a entender un poco más el ambiente en que viven o, ay, han vivido; pero, sobre todo, a que no los olvidemos del todo como olvidamos tantas cosas.

En fin, os dejo con Be like others.

3 comentarios:

  1. Gracias Juan Carlos, conocía el documental; volverlo a ver, vuelve a revolver mis entrañas. Que tengan que pasar por un proceso tan complicado y doloroso y no sean capaces de aceptar la homosexualidad: ¡Es para darse cabezazos contra la pared! No hay palabras. No los entiendo.
    Y continuamos sin noticias de Nemat y los muchachos. Continuaremos esperando.
    Un abrazo.

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  2. Ay, son tantos los frentes abiertos, que no los recuerdo. No es sólo Nemat, no es sólo Irán.


    Me anoto la película, ó el documental. Lo veré un dia de estos, cuando tenga estómago y ánimo para ello. Saludinos.

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  3. De nada, Edda. Desde mi punto de vista, no se trata tanto de entender o no a estas personas, como de considerar qué circunstancias les llevan a tomar una decisión u otra. Me parece que, haciendo omisión de aspectos particulares, no tienen otra salida, mejor dicho: o aceptan integrarse en el "sistema" cambiando de sexo (y la "integración", como puede deducirse del documental, no es fácil) o se arriesgan a intentar vivir acosados por el ambiente. Aceptar sin más su homosexualidad supone, para ellos, caminar por un hilo que puede, ya sabes cómo, romperse o partirse.

    En cuanto a noticias, hace nada que Mr.Brightside ha publicado algo aquí.

    Kir, hija: están las agendas o los marcadores. Mas es cierto que no se puede a veces con todo.
    La película merece la pena.

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